Bienvenidos a este vertiginoso vídeo con lo mejor de este 2016, un año que recordaré por esos 365 días que me dieron la oportunidad de pisar tierra, gracias al fútbol, de nada más y nada menos que cuatro continentes como son Europa, Asía, África y América. Nada como hacer una inmersión en el disco duro de mi ordenador para hacer una valoración real de lo que ha sido para mi este año.
¿Qué puedo decir? Que me acabo de dar cuenta, al editar este vídeo, que le he dado duro, bien duro al 2016. Le he atizado de verdad. Cuatro continentes y milles de kilómetros de avión en mi mochila. Una auténtica colección de momentos. Maleta en mano y directo a la aventura. 365 días que también me han devuelto los golpes y que me han sometido a un terrible desgaste que por momentos me fue complicado gestionar. 12 meses en los cuales la vida y yo nos hemos atizado de lo lindo.
Tal y como decimos en Euskadi, han sido 52 semanas de “Egurre” (leña), en las cuales se me ha escapado más de un llanto. 8.760 horas de las que “no es oro todo lo que reluce” y “nadie dijo que la vida fuera fácil”. 525.600 minutos que me han removido las entrañas y tambaleado los cimientos en un año que seguramente podría calificar como el más enrevesado, interesante, excitante, peculiar, trabajado y agotador de mi vida. Un año de tantas, tantas emociones, que me provoca hasta dudas de si sería capaz, o no de sobrevivir a otro igual.
365 días de pura adrenalina, pasión, compromiso, conflicto y amor, mucho amor. Y para ser sinceros, 12 meses que antes de observar este vídeo no valoraba en su justa medida. ¡Que afortunado que he sido! Cuanta gente buena he tenido a mi lado y lo mucho que me han aportado. Y cuanta gente no tan buena de la que también he aprendido algo. Cuanto cariño dado y cuanto también recibido. Cuantos conflictos gestionados, algunos de ellos de la mala manera aunque sin malas artes, por aquello de que el fin no justifica los medios.
365 días de desequilibrio y de desorden organizado, de dejarme llevar por un estilo de vida no buscado pero al que me entrego con locura. En definitiva, 1 año, 12 meses, 52 semanas, 365 días, 8.760 horas, 525.600 minutos o 31.536.000 segundos de vida, pura vida. Y a ti, 2017, tan solo decirte que te voy a dar duro, muy duro, que no vas a respirar, y que te va a costar hacerme tambalear como lo hizo tu compañero, el 2016. Me vas a pillar mejor preparado, con algunas lecciones aprendidas, a pesar de que estoy abierto a lo que me puedas enseñar. ¿La frase del día de hoy? “Las aventuras verdaderamente grandes son aquellas que mejoran el alma de quién las vive” (Alejandro Dolina). Desde Bermeo como siempre con amor mucho amor ese que algunos, solo algunos, conocen como Jon Pascua Ibarrola. The Sky is The Limit!
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