Hoy martes 25 de julio de 2023, por primera vez en mucho tiempo, vuelvo a disfrutar del sonido que produce el teclado de mi ordenador cuando escribo. ¿El motivo? El mismo que el de hace exactamente un año: la celebración de mi aniversario. Esta vez son 51 los años que celebramos. Por cierto; así fueron mis 49 y mis 50.
En una ocasión leí que cada cumpleaños es el nuevo comienzo de un ciclo que cada trescientos sesenta y cinco días la vida completa, y un día en el que los astros vuelven a estar en la misma posición que el día en que nacimos. Según dicen, en un plano espiritual, sería como dar una vuelta más en una espiral ascendente que crece como un círculo, desde el suelo hacia lo alto, y que su límite se puede identificar como el cielo. Y que, en cada vuelta, lo normal es tener un poco más de lucidez, libertad y madurez.
El objetivo, por tanto, no es otro que el de avanzar en ese proceso, y hacerlo además lo más rápido posible. En los próximos 365 días de este nuevo ciclo, comenzando por el de hoy, dispondré de una nueva oportunidad para avanzar, una vez más, a través de esa espiral. Este último ciclo, el de los 50, ha sido sin duda alguna el más interesante de todos los que llevo realizando en esta experiencia que llamamos vida.
Ha sido el año en el que tuve la oportunidad de comprender el verdadero sentido de aquella famosa frase de Heráclito de “Tu integridad es tu destino”, y un ciclo en el que también, por fin, pude comprender aquello de “El Tao produjo al Uno. El Uno produjo el Dos. El Dos produjo el Tres. El Tres produjo todas las cosas” de Lao Tse, uno de los filósofos más relevantes de la civilización china que, dentro de todas las dudas sobre su existencia, se establece que vivió en el siglo VI a. C.
Durante este último año de mi existencia tuve también la oportunidad de salirme de mi guión con una vuelta al OM y a Marsella que nunca jamás hubiera imaginado, y de averiguar que esa decisión ha sido el mayor acto de generosidad que he tenido para conmigo en mi vida.
La vida es tan sabia que, tal y como decía el teólogo y espiritualista alemán Bert Hellinger, no te da lo que tu quieres sino lo que necesitas; lo que necesitas para EVOLUCIONAR. Y lo que necesitamos no es precisamente lo que queremos sino lo que tenemos.
Durante estos últimos 12 meses tuve también la oportunidad de descubrir que la frase “La verdad os hará libres” tiene tanto sentido como el propósito de la existencia o de la vida, y que lo de “La Tierra Prometida”, al igual que ÍTACA, nunca tuvo nada que ver con un lugar físico. Hoy, 25 de julio de 2023, doy comienzo a un nuevo ciclo de 365 días con los astros colocados en la misma posición que aquel 25 de julio de 1972 en el que vine al mundo.
Y nada importa que yo, en estos momentos, esté situado en un lugar distinto; en el universo todo sigue su curso. Esta vez me encuentro en Alemania, pero los astros ocupaban el mismo lugar en otras ocasiones en las cuales tuve la oportunidad de celebrar mi aniversario en Sudáfrica, Zambia, Zimbabwe, Suazilandia, Inglaterra, Italia o Ghana.
Hoy martes, 25 de julio de 2023, adquiero el compromiso de dar lo mejor de mí durante el tiempo que tenga la oportunidad de disfrutar de este nuevo ciclo. Y de hacerlo, además, sean cuales sean las circunstancias. Todo lo demás, vendrá por correspondencia y añadidura. Gracias a todos los que me habéis acompañado en estos mis primeros 50. Nos vemos en el camino, en el único camino, el del AMOR.
Jon Pascua Ibarrola
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