Y así, sin darnos cuenta, volvieron a pasar 365 días de nuestras vidas. Días que pasan rápido cuando las cosas van bien, y que parecen no tener fin cuando las cosas suceden a la inversa. El tiempo, o pasa volando, o nunca pasa. Un año más, toca decir de nuevo adiós a 365 días de aventura en un 2017 muy especial.
Un año que comencé defendiendo los colores de la Selección Nacional de Filipinas, los Azkals, y que finalicé en verde y blanco, la gama de colores del Real Betis Balompié. Un 2017 que recordaré como el año del “sueño cumplido”, el de “todo lo que das te lo das” y el del “agradecimiento”.
Después de 16 años dedicándome a este trabajo, el 2017 llegó con “premio”. Un premio que me obligó a cambiar la hoja de ruta de mi viaje hacia Itaca, y que tras unos primeros 183 días de largas travesías, aventuras y experiencias por el continente asiático, me devolvió al Viejo Continente. Concretamente al sur de la Península Ibérica.
Tal y como citaba Fernando Pessoa en un texto que utilicé, allá por el mes de julio de 2015, para dar fin a una etapa de 5 años en Africa: “Llega un momento en que es necesario abandonar las ropas usadas que ya tienen la forma de nuestro cuerpo y olvidar los caminos que nos llevan siempre a los mismos lugares. Es el momento de la travesía. Y, si no osamos emprenderla, nos habremos quedado para siempre al margen de nosotros mismos”.
Y el causante de todos estos cambios de ruta, estilo de vida y de travesías no podía ser otra cosa que el fútbol, que para una servidor sigue sin ser el fin sino el medio. Una vez más, toca decir adiós a un año 2017 que recordaré de forma muy especial durante el resto de mi vida. Y como tras todo final viene siempre un nuevo comienzo, tal y como no hay alegría sin tristeza ni luz sin oscuridad, toca dar la bienvenida a un nuevo año, el 2018.
Un año que como poco se antoja ilusionante, muy ilusionante. Quedan por delante otros 365 días a los cuales no les voy a pedir nada más que salud. Para mí, para mi familia y para todos los que me rodean, que cada vez son más, y que por suerte para mí son muchos. Un año 2018 en el que continuaré haciendo de mi pasión mi trabajo y en el que seguiré poniendo todo mi esfuerzo para sentir que merezco estar aquí y haber conseguido mi sueño.
Desde esta web, una vez más, quiero felicitar el año nuevo a todos esos miles de personas de todo el mundo que seguís mi trabajo, muchos de vosotros desde aquel 1 julio de 2010 en el que di comienzo a mi aventura en África. ¿La frase del día de hoy? “Que Dios te conceda el doble de lo que a mí me deseas”.
Por aquello de que “todo lo que das, te lo das”, merece la pena seguir viviendo la vida desde el amor. Disfruten de la vida, de las personas y de los seres queridos. En la medida de lo posible, recuerden que siempre tienen algún motivo para sentirse agradecidos.
Y no olviden nunca, pero nunca, que la felicidad no es otra cosa que la actitud con la cual realizamos el viaje de nuestra vida. Desde la Ciudad del Betis como siempre con amor, mucho amor, el “Profe”. Más conocido por algunos, solo por algunos, como Jon Pascua Ibarrola.
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