Tras cerca de aproximadamente 24 horas de ruta el que fuera conocido como el goalkeeper coach de Sundowns, y el entrenador de porteros de la selección nacional de Filipinas, ya está vuelta en su hogar dulce hogar de su Bermeo natal. La eliminación de los Azkals de una Suzuki Cup, en la cual nos hemos podido conseguir el pase a la semifinal, ha provocado que vuelva a España de forma prematura.
Aunque con la sensación y satisfacción de haber hecho el trabajo para el que fui contratado. Satisfecho no tanto por el resultado, porque a todos nos hubiera gustado dar un paso más en la competición, pero sí por la implicación y el compromiso mostrado durante los meses que he colaborado con la humilde selección de este país.
Y esto es así porque considero que el éxito está más en la fidelidad y el respeto hacia la ética que cuida y gestiona el proceso que nos lleva al resultado que en el resultado propiamente dicho. No trabajo para ganar, sino para provocar y generar las condiciones suficientes para que los resultados positivos se produzcan. Aunque pueda parecer lo mismo el concepto es un tanto diferente, siendo este seguramente el secreto por el cual no siento la presión que a muchos técnicos los resultados les provocan por cuestiones de despidos.
No vivo con ese temor pues desde el momento que estampo mi firma y comienzo a trabajar se que tengo una fecha de caducidad y doy por hecho que, por una razón u otra, me voy a quedar sin trabajo. Mayormente ademas, las salidas y entradas en los clubes no son fruto de la calidad o no del trabajo de uno, sino de las redes de contactos, con lo que aún lo tengo más claro.
Mantenerme un poco al margen de todo esto y centrarme en cuidar el proceso me han otorgado hasta el momento una gran satisfacción, además de trabajo continuo en uno u otro lado, con lo que no veo motivos para cambiar mi filosofía, esencia y estilo.
De esto hablaré largo y tendido en algún artículo algún día, y por ahí que hago reflexionar a más de uno para que encuentre su camino tal y como lo hice yo allá por aquel mes de julio del año 2010 cuando pisé por primera ocasión el continente africano. En Filipinas han sido prácticamente diez meses de trabajo con idas, venidas y viajes constantes en los cuales he tenido la oportunidad de disputar hasta siete encuentros internacionales y conocer el fútbol de este otro lado del mundo conocido como Asia.
Un continente que era para mi un gran desconocido y que gracias al fútbol he tenido la oportunidad de descubrir. Así pues esta aventura con la selección nacional de Filipinas, que daba comienzo con mi colaboración con el Global F.C (Club de la primera división filipina donde juegan dos de los porteros que han defendido la portería de los Azkals en la reciente Suzuki Club) ha llegado a su fin. Han sido periodos de tiempo cortos y muy intensos (sobre todo este último) en los cuales os puedo asegurar que uno asume un desgaste.
Si Sudáfrica era ya un tanto complicada por la diferencia de cultura respecto a la forma de trabajar en Europa… ¿Filipinas? Ni os cuento. Este último mes ha sido el equivalente a cuatro de Sudáfrica. ¿La razón? Clima, organización, recursos, cultura, ciudad, estilo de vida etc. Vuelvo a casa vacío, cansando tras el desgaste que provoca el día a día y con la necesidad de salir del entorno para coger aire. Mi intensidad a la hora de trabajar amplifica también estas sensaciones.
Un desgaste que asumo, que es consecuencia de la persona y el entrenador que soy, y el secreto de pueda ganarme la vida como entrenador de porteros. Trabajo para tener impacto en el rendimiento a corto, medio y largo plazo , que es algo más complejo y exigente que hacerlo únicamente por el resultado. Ganar implica muchas veces hacer la vista gorda en muchos cosas para centrarte en lo positivo.
Provocar impacto te lleva en muchas ocasiones por el camino del conflicto debido a la necesidad de modificar creencias, costumbres y modelos de trabajo ya establecidos. A todo esto, se les suma un gran componente de dificultad: la cultura. Si Sudáfrica me ayudo a crecer Filipinas ha hecho lo propio. De una manera diferente, con otras connotaciones y en otra dirección, pero no tengo ninguna duda en que esta experiencia me ha ayudado a ser mejor entrenador. ¡Siempre agradecido!
¿La frase del día de hoy? “La gente siempre está culpando a sus circunstancias por lo que son. Yo no creo en las circunstancias. Las personas que triunfan en este mundo son las personas que se levantan y buscan las circunstancias que quieren, y si no las encuentran, las crean” (George Bernard Shaw). Desde algún lugar en el cielo entre entre Hong Kong y Londres como siempre con amor mucho amor ese que algunos, solo algunos, conocen como Jon Pascua Ibarrola.
Foto: Durante este último stage de concentración con los Azkals con motivio de nuestra participación en la Suzuki Cup. Con parte de la que ha sido mi familia «filipina» desde el pasado mes de marzo de 2016 (portada y arriba)
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